¿Cuántas veces, muchos de nosotrXs, nos hemos visto haciendo cosas que no queremos hacer, diciendo cosas por agradar a otros o permaneciendo al lado de gente que no nos hace bien? Quizás más de las que nos gustaría admitir.
Uno de los motivos por lo que pasa esto es por miedo al rechazo y a quedarnos solos. Tenemos demasiado interiorizada la frase “no eres lo suficientemente bueno”, o simplemente la de “no eres suficiente”.
Muchos de los pacientes que acuden a consulta hacen esta afirmación, y es que, es bastante fácil caer en ella. A muchos de nosotros en algún momento nos han hecho sentir así, nos han juzgado por lo que hemos hecho, por lo que no hemos hecho, por lo que hemos dicho, por lo que no… En ciertas ocasiones, lo que ocurre es que muchas personas interiorizan este mensaje, hasta el punto de formar parte de su diálogo interno.
Y es que, de nuestro propio diálogo interno y nuestra experiencia depende en gran medida la percepción que tenemos de nosotros mismos y la sensación de autoeficacia que vamos a tener al realizar cualquier cosa en nuestra vida diaria, sea de mayor o menor relevancia para nosotros.
Si a cada cosa que hacemos, la vamos acompañando de la frase “no eres suficientemente X” no es solo que vayas a crear emociones desagradables y más pensamientos desagradables asociados, es que el cuerpo seguramente se va a preparar para huir o luchar contra esas situaciones y emociones desagradables, lo que a su vez te va a generar mayor malestar, y va a reducir en gran medida tu calidad de vida.
Para mejorar tu autoestima, uno de los puntos a trabajar es la calidad de tu diálogo interno. Cómo te hablas. Y no me refiero a que de repente empieces con frases positivas y poco realistas que no te resulten creíbles. Empieza por no castigarte y permitirte equivocarte. A tratarte, como mínimo, como tratas a las personas que quieres y que te importan. Realmente, ¿Le hablarías así a tu persona favorita? ¿Y por qué a ti sí? ¿A caso no te mereces el mismo respeto y cariño?.